La limpieza de chimeneas en Tarragona es una tarea imprescindible para que el humo pueda seguir saliendo de las instalaciones de forma constante. Hoy en día se pueden emplear unas técnicas avanzadas que permiten limpiar estas zonas sin muchas complicaciones y sin perjudicar la salud de los trabajadores. Pero hace años eran las personas las que tenían que entrar por muchos huecos para quitar el hollín. De hecho, era bastante frecuente el uso de los niños.

En una entrada anterior ya vimos cómo los pequeños eran metidos por esos huecos hasta que cumplían una edad adulta. Para subir se propulsaban con las rodillas y los codos hacia arriba y hacia abajo, utilizando un cepillo limpiador. Era frecuente que las extremidades se quedaran en carne viva hasta que aparecía un callo. Cuando cicatrizaban, los movimientos eran mucho menos dolorosos.

Estos niños solían vivir con su maestro, que los alimentaba por debajo de sus necesidades, con el objetivo de que pudieran seguir entrando por los agujeros. Además, el jefe tenía la obligación de proporcionarles medios de aseo, una vez a la semana como mínimo, aunque esto no ocurría muchas veces. Solo tenían un día de fiesta al año, el primero de mayo.

Además de la mala alimentación y del riesgo de subir por la chimenea, también estaban expuestos al hollín, lo que conllevaba la posibilidad de contraer enfermedades respiratorias graves. Aunque se aprobó una ley de protección de los menores en 1840, no se empezó a cumplir hasta 1875. Sin duda, hoy en día, los trabajos de limpieza de chimeneas en Tarragona son mucho más seguros y efectivos.

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